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Clasificación del Cliente en el Riesgo de LA/FT en el Sector Seguros

Lic. Edwin Granados Ríos, Criminólogo

 

Entre los múltiples retos a los que se ha enfrentado el mundo asegurador con ocasión de los temas de prevención del lavado de activos y el financiamiento al terrorismo; tenemos la necesidad de efectuar una clasificación de riesgo del cliente, este tema tiene una serie de matices que hay que examinar con mucho detenimiento y cuidado en razón de la naturaleza y variedad de productos que forman parte del mercado de los seguros comerciales.

El tema reviste gran importancia a partir del hecho de que es ahí donde adquiere gran relevancia el proceso de monitoreo de los clientes, tema obligado para el ente asegurador o intermediario (aclaro que las variables de clasificación del cliente en este particular riesgo, difiere entre el asegurador y el intermediario, pues los procesos que responden a la vida del seguro son distintos para esto actores), razón por la cual se deberán evaluar con claridad cuál es el objeto de riesgo de cada uno (compañía de seguros e intermediario) y es a partir de ello que se trabaja el tema de la clasificación del riesgo del cliente.

Destaco que el riesgo acá es el que puede originar el cliente con ocasión de su perfil de actividades, sean estas ilícitas, comerciales licitas o de otra naturaleza, que genere riesgo al ente de ser utilizados para el lavado de activos. Así mismo es importante destacar la responsabilidad social y solidaria de los entes vinculados al mundo de los seguros, aportando elementos de facilitación para descubrir gente con perfil delincuencial para el fortalecimiento del control social y por ende asegurar un ambiente sano para la práctica comercial.

En este contexto, valga señalar que la aplicación de la política conozca a su cliente ha sido un tema complejo en el ámbito asegurador; no tanto por ser en realidad complejo, sino más bien por la resistencia que el sector ha tenido; ahora, una vez superado lo comentado, la clasificación del cliente puede facilitar el monitoreo y la aplicación de la política cuando llega el momento de la actualización.

Como muchas otras prácticas y experiencias nuevas al inicio el tema fue todo un parto para muchos; no obstante, luego puede ser un proceso muy dinámico, para clientes, intermediarios, ente asegurador y cualquier otro actor involucrado.

Las variables y/o criterios que se utilizan en su base generalmente están dispuestos en los cuerpos normativos de las distintas legislaciones, ejemplo: nacionalidad, país de origen, profesión, actividad económica, etc.; no obstante, existen variables muy propias del mundo de los seguros, tales como el índice de siniestralidad y listas que eventualmente puede tener una aseguradora sobre clientes “no deseables”, listas que generalmente pueden causar suspicacias inclusive entre los mismos sectores del seguro y que en virtud de ello se deben manejar con mucho profesionalismo y prudencia, pero que definitivamente se convierte en un elemento o criterio de valoración muy importante en virtud de la experiencia que relativo al fraude tienen las compañías de seguros, éste aspecto por ejemplo no constituiría una variable para ningún intermediario.

Ahora el establecimiento y desarrollo de criterios y variables que vaya a utilizarse deben ser muy bien valorados por el equipo de cumplimiento y comprender cuál es el sentido de lo que hacen a fin de que tenga un valor agregado a la gestión del ente asegurador y cumpla con el espíritu de la ley.

Por supuesto que entran en esta valoración los canales de distribución, pues éstos pueden magnificar o minimizar el riesgo objeto del presente  tema, pero teniendo presente que al elaborar una clasificación de riesgo del cliente el intermediario primero deberá entender cuál es su verdadera exposición de riesgo y en concordancia con ella, elaborar su metodología, no necesariamente deberá coincidir con la de la compañía de seguros, pues ésta última tiene un espectro de riesgo mayor, en tanto que es la que paga eventualmente las indemnizaciones y les es inherente la responsabilidad de monitorear el proceso de aseguramiento y el proceso de reclamación, este último que resulta ser de carácter eventual.

Los conceptos que se manejen a nivel de metodología de clasificación de riesgos siempre deben ir de la mano con los términos del Manual y una guía de aplicación de política conozca a su cliente (recomendada para el sector seguros) a fin de mantener una transversalidad efectiva en la ejecución de las obligaciones de cumplimiento de la entidad aseguradora e intermediario, haciendo la gestión más económica y práctica para el equipo de cumplimiento.

Una vez establecidas las variables de riesgo para la clasificación del cliente respecto del riesgo de LA/FT, es necesario establecer la criticidad mediante la valoración del eventual impacto (Riesgo = Probabilidad * Impacto) y aplicando un criterio de jerarquización, con el objetivo de obtener como resultado diferentes niveles  de riesgos, por ejemplo: Riesgo Bajo: Es cuando la materialización del riesgo no acarrea consecuencias significativas para la entidad. Riesgo Moderado: Vendría a ser cuando la materialización representa un peligro potencial de impacto estrictamente a lo interno de la entidad: aunque no significativo para los clientes, socios o entes reguladores. Riesgo Alto: Es cuando la materialización del riesgo evaluado afecta el producto o servicio, pudiéndose perder oportunidades de negocio y desmejorando la imagen del ente con lo cual podrían perderse clientes o verse afectada su operación en forma significativa. Riesgo Extremo: Cuando su materialización puede afectar severamente el producto o servicio, se pueden perder oportunidades importantes de negocios o causar un daño grave la imagen de la empresa ante el público, socios o autoridades (incluyendo entes  reguladores), así como verse afectado severamente su operativa.

Destaco e insisto en que respecto de las bases para una metodología en el ámbito asegurador, es recomendable que estén sustentadas en la probabilidad e impacto, siendo el primero comprendido como la posibilidad   ocurrencia del evento durante un período determinado de tiempo, con el objeto de conocer qué tan factible es que ocurra y la posible frecuencia del evento y el impacto como la presunta consecuencia que puede ocasionar la materialización del citado riesgo.

También es necesario tener claro que habrán segmentos de clientes sobre los cuales no resultará necesario la aplicación de la metodología de riesgo de LA/FT en razón por ejemplo de su nivel de riesgo, ejemplo menores de edad o inclusive clientes fallecidos que eventualmente pudieren estar en las bases de datos del ente asegurador, tema de monitoreo por cuestiones de actualización, eventualmente pudieren existir otros tipos de clientes que deben ser evaluados conforme al enfoque de administración basado en riesgo de tal forma que no se haga una administración mal enfocada con la pérdida de recursos que ello implica, así como la desviación de tiempo valioso del personal de cumplimiento.

Todo esto lo haríamos como señalé antes con el objeto de maximizar la ejecución de los procesos de actualización y al momento de aplicar la política conozca a su cliente, por ejemplo cuando un segmento de clientes ha resultado con un perfil de riesgo moderado, bajo, alto o extremo, nos orientará a determinar los tiempos que se establecerán para el monitoreo de información de los clientes y otros planes de trabajo del equipo de cumplimiento priorizando según corresponda; obviamente, los plazos y tiempos que se definan no serán los mismos para los de riesgo bajo en contraposición a los de riesgo alto o extremo, según se establezcan las categorías de riesgo.

Es acá donde se puede sustentar la aplicación de una política conozca a su cliente simplificada o reforzada según sea el caso, conforme los principios de la IAIS y el GAFI.

Esta herramienta por supuesto que además de lo citado será de suprema importancia para la Oficialía de Cumplimiento y podría orientar como un trabajo de inteligencia a los equipos antifraude que un ente asegurador debería tener.

Por su parte para la Oficialía de Cumplimiento, se constituye en fuente de insumo para los análisis y estudios que pudieren por su parte derivar en eventuales Reportes de Operación Sospechosa; esto, inclusive sin que necesariamente alguien los denuncia, pues tendría  los elementos objetivos para el reporte respectivo a las autoridades pertinentes, de esta forma la aplicación de una metodología de clasificación de riesgo de cliente, revierte un valor agregado excelente para la empresa, pues inclusive al segmentar a los clientes, esta fuente de información puede ser utilizada con objetivos comerciales.

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