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Las 7 D de RISKS INTERNATIONAL y Compliance

RISKS INTERNATIONAL presenta: las 7 D que convierten el Compliance en tu mejor defensa

El riesgo no se elimina. Se enfrenta, se analiza y se convierte en estrategia. Las amenazas como el lavado de activos, la financiación del terrorismo y otras actividades ilícitas no esperan. Tampoco deberían hacerlo las organizaciones. Para mantenerse firmes ante lo inesperado, es clave contar con un enfoque que combine anticipación, reacción y transparencia.

Las 7 D del Compliance, propuestas por RISKS INTERNATIONAL, ofrecen un marco práctico para entender cómo actuar frente a riesgos críticos. No se trata de una herramienta ni de una fórmula mágica, sino de un análisis estructurado que permite visualizar el cumplimiento normativo como un sistema activo, capaz de detectar, frenar y reportar con precisión.

Cada una de las siete dimensiones está diseñada para fortalecer la integridad corporativa, proteger la reputación y consolidar la confianza. Este enfoque transforma el Compliance en un aliado estratégico, alineado con los objetivos del negocio y preparado para responder con agilidad ante cualquier amenaza.

 

DISUADIR

La primera y una de las “D” más importante, es la que busca anular la amenaza antes de que se conciba. Disuadir significa emplear todos los medios disponibles para reducir la intención del terrorista, el lavador de dinero o el corrupto, sean estos internos o externos.

Esto se logra mediante mecanismos de control visibles ante todos. Un Código de Conducta firme, capacitaciones constantes que demuestran la seriedad del compromiso y, crucialmente, el de la Alta Dirección. La organización debe actuar como una «cerca electrificada» alrededor de su integridad, dejando claro que hay tolerancia cero y que el costo de la infracción es mayor que el posible beneficio.

DETECTAR

Si la disuasión falla, la siguiente línea de defensa es la Detección. Este proceso no se trata de revisar todo, sino de identificar de manera anticipada y temprana las desviaciones del patrón normal de los negocios.

La clave aquí es la implementación de un sistema de vigilancia inteligente. Esto incluye el uso de software de monitoreo, análisis transaccional y la aplicación rigurosa de la Debida Diligencia (Due Diligence), que permite conocer a fondo a clientes, proveedores y socios. El sistema de Compliance debe funcionar como un «radar» de la organización, buscando lo que no encaja y generando alertas tempranas para que el equipo de Cumplimiento pueda actuar antes de que una sospecha se convierta en un hecho consumado.

DENEGAR

Esta etapa exige valentía corporativa. Denegar es impedir técnica, operativa y legalmente el acceso a establecer negocios jurídicos que puedan poner en riesgo a la empresa.

En la práctica, significa estar dispuestos a sacrificar un negocio o una relación comercial si el perfil de riesgo es inaceptable. Es vital contar con protocolos que permitan bloquear automáticamente transacciones o rechazar la vinculación de clientes o socios que figuren en listas restrictivas, tengan una reputación dudosa o cuya justificación financiera no sea coherente. La DENEGACIÓN es el «filtro de seguridad» de la empresa que protege su operación legal y real.

DEMORAR

Aun con controles rigurosos, existe la posibilidad de que un riesgo se materialice o que una operación sospechosa logre infiltrarse en el sistema. En ese escenario, el enfoque debe cambiar: el objetivo es ralentizar su avance.

La clave está en dificultar el progreso del riesgo una vez que ha ingresado. Para ello, se implementan controles internos sólidos, como la segregación de funciones que impide que una sola persona tenga dominio completo sobre una transacción, límites en los montos operativos y múltiples niveles de aprobación. Estos mecanismos actúan como barreras estratégicas que permiten ganar tiempo valioso. Ese tiempo es crucial para que la organización pueda activar protocolos de respuesta, evaluar la situación y mitigar el impacto financiero y reputacional.

Si el riesgo se materializa o se logra establecer negocios jurídicos que ponga en riesgo la empresa, es lograr que su avance sea lento y difícil.

DEFENDER

Una vez que la amenaza ha sido confirmada, el sistema debe defender activamente a la organización. Este es el momento de reaccionar y neutralizar la amenaza, protegiendo a las personas, los bienes y la reputación de la empresa.

La defensa implica la activación inmediata de un Plan de Crisis, la recolección inicial de evidencia y, sobre todo, la toma de decisiones ejecutivas rápidas. Esto puede incluir la suspensión de un empleado, la terminación de un contrato con un tercero riesgoso, o la coordinación inmediata con equipos de tecnología y legales. La acción debe ser rápida y certera, con la cabeza fría, actuando como una «unidad de respuesta rápida» para aislar y neutralizar el foco de riesgo.

DOCUMENTAR

En el mundo del Compliance, la regla de oro es: lo que no está documentado, no existe. Documentar significa preservar mediante cualquier medio idóneo (físico, digital, en blockchain, etc.) cada decisión, hallazgo, evidencia, alerta y acción tomada.

La documentación es la prueba tangible de la diligencia debida de la empresa ante una investigación, una auditoría o un proceso judicial. Permite demostrar a las autoridades no solo que el sistema de Compliance existe, sino que está vivo, funciona y fue aplicado coherentemente en el momento de la crisis. Es el «registro histórico» de la integridad de la empresa.

DENUNCIAR

La etapa final y el máximo compromiso ético y legal: Denunciar. Consiste en poner en conocimiento de las autoridades competentes cualquier acto sospechoso o delictivo.

Esto se realiza a través de la presentación oportuna de Reportes de Operaciones Sospechosas (ROS) a la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) o, si se amerita, mediante una denuncia penal formal. La empresa no solo cumple con su obligación legal, sino que también refuerza su compromiso con el bien colectivo. Es el «puente» entre el sistema interno de Compliance y el sistema de justicia, asegurando que los infractores rindan cuentas por sus actos.

Los fundamentos estratégicos que sostienen esas acciones:

Las 7 D del Compliance constituyen un sistema de defensa activo. Pero para que ese sistema funcione de manera efectiva, debe estar respaldado por una estructura organizacional sólida, una cultura ética viva y una visión estratégica del riesgo. RISKS INTERNATIONAL propone cinco pilares fundamentales que permiten que las 7 D no solo se ejecuten, sino que se sostengan en el tiempo y se integren al ADN de la empresa.

Pilar 1: Cultura organizacional ética

La ética organizacional no se impone por decreto: se cultiva desde el liderazgo, se refuerza con el ejemplo y se consolida con coherencia.

  • Liderazgo ético: Los líderes deben ser los primeros en cumplir las normas, no solo por obligación legal, sino por convicción. Su comportamiento marca el estándar para toda la organización. Un CEO que ignora los controles de gastos o que negocia con terceros dudosos envía un mensaje devastador: “el cumplimiento es opcional”.
  • Códigos de conducta vivos: Muchas empresas tienen códigos de ética que nadie lee. Un código efectivo debe ser claro, accesible, actualizado y, sobre todo, aplicable. Además, es importante que se difunda activamente: en inducciones, capacitaciones, campañas internas y comunicaciones estratégicas.
  • Ambiente de denuncia seguro: El miedo al castigo o a las represalias es uno de los mayores enemigos del Compliance. Las organizaciones deben garantizar canales de denuncia confidenciales, anónimos y con protocolos claros de protección al denunciante. 
  • Reconocimiento y consecuencias: La ética también se refuerza premiando el comportamiento correcto y sancionando el incorrecto. No basta con castigar al infractor; también hay que reconocer al íntegro.

Pilar 2: Inteligencia de riesgos

No se puede proteger lo que no se entiende.

La gestión de riesgos es el corazón del Compliance moderno. Ya no basta con cumplir la norma: hay que anticiparse al delito. 

  • Mapeo de riesgos: El mapeo de riesgos permite identificar los puntos vulnerables: procesos, clientes, productos, regiones, canales. Este análisis debe ser dinámico y revisarse periódicamente.
  • Segmentación y priorización: No todos los riesgos son iguales. Algunos son más probables, otros más dañinos. La segmentación permite asignar recursos de forma eficiente. Por ejemplo, un cliente PEP (Persona Expuesta Políticamente) requiere un nivel de debida diligencia más alto que un cliente común.
  • Monitoreo continuo: El riesgo no es estático. Las amenazas evolucionan, los actores cambian, las técnicas se sofistican. Por eso, el monitoreo debe ser constante. 
  • Escenarios y simulaciones: Una buena práctica puede ser realizar ejercicios de simulación de incidentes: ¿Qué pasaría si un proveedor clave es sancionado? ¿Y si un cliente es vinculado a una red de lavado? Estas simulaciones fortalecen la capacidad de respuesta y revelan debilidades ocultas.

Pilar 3: Tecnología como aliada

El Compliance del futuro se construye con datos, no con carpetas.

  • Automatización de procesos: La tecnología permite automatizar tareas repetitivas y críticas, como la generación de reportes regulatorios o la clasificación de alertas. Esto reduce errores humanos, mejora la eficiencia y libera tiempo para tareas analíticas.
  • Análisis de datos e inteligencia artificial: Herramientas de machine learning pueden identificar patrones inusuales, predecir comportamientos de riesgo y mejorar la precisión de los modelos de scoring. 
  • Integración de sistemas: Un error común es tener sistemas desconectados: uno para clientes, otro para operaciones, otro para cumplimiento. La integración permite una visión 360° del riesgo y facilita la toma de decisiones informadas.
  • Ciberseguridad y protección de datos: La tecnología también implica nuevos riesgos. Un programa de Compliance debe incluir políticas robustas de ciberseguridad, protección de datos personales y gestión de incidentes digitales.

Pilar 4: Indicadores y métricas de cumplimiento

Lo que no se mide, no se mejora. Y lo que no se reporta, no existe.

Los indicadores permiten evaluar la efectividad del programa de cumplimiento, identificar áreas de mejora y demostrar diligencia ante auditores, reguladores y juntas directivas.

  • Indicadores de cultura ética: Encuestas internas, rotación de personal en áreas críticas, participación en capacitaciones voluntarias, entre otros, pueden dar señales sobre el clima ético.
  • Reportes periódicos: Los resultados deben presentarse de forma clara y estratégica a la alta dirección. No se trata solo de mostrar números, sino de contar una historia: ¿Qué riesgos enfrentamos?, ¿Cómo los estamos gestionando?, ¿Qué decisiones debemos tomar?
  • Benchmarking: Compararse con estándares del sector o con empresas similares permite identificar brechas y oportunidades de mejora.

Pilar 5: Enfoque internacional

Si el delito no tiene fronteras. El Compliance tampoco debería.

En un mundo globalizado, las empresas operan en múltiples jurisdicciones, con clientes, proveedores y aliados en distintos países. Esto implica desafíos adicionales, pero también oportunidades para fortalecer el cumplimiento.

  • Riesgos transnacionales: El uso de estructuras offshore, criptomonedas, paraísos fiscales o empresas fachada son prácticas comunes en esquemas de lavado y evasión. El Compliance debe estar preparado para identificar y analizar estas señales.
  • Due Diligence internacional: Al trabajar con contrapartes extranjeras, es clave realizar debidas diligencias reforzadas, validar beneficiarios finales, revisar antecedentes legales y entender el contexto regulatorio del país de origen.
  • Cooperación interjurisdiccional: Las empresas deben estar dispuestas a colaborar con autoridades de distintos países, compartir información cuando sea legalmente requerido y participar en investigaciones transfronterizas.

El modelo de las 7 D del Compliance de RISKS INTERNATIONAL trasciende el concepto de buenas prácticas. No es un simple protocolo ni una lista de verificación: es una filosofía de gestión del riesgo, diseñada para enfrentar las amenazas con inteligencia, agilidad y convicción.

Una organización que adopta este enfoque no solo cumple con la ley: se anticipa, se protege y evoluciona. En el mercado moderno, el riesgo bien gestionado no es una amenaza: es una oportunidad de liderazgo.

Con RISKS INTERNATIONAL conviértete en un referente de integridad, resiliencia y liderazgo ético. ¡Contáctanos!

Autores: 

Mariano Sánchez – CEO, RISKS INTERNATIONAL

Luisa Caicedo, Analista de Marketing Digital

RISKS INTERNATIONAL: la firma que impulsa la transformación del Compliance y la prevención del LA/FT/FP en Latinoamérica

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